Redacción L2 Santo Domingo, RD La llegada de los hijos a la familia no es fácil. Produce un cambio en el sistema familiar muy importante y muchas veces no se sabe aceptar esta transición con sabiduría empeorando la relación. Si la pareja se desestabiliza, eso se reflejará en la familia, pues esta surge de la consolidación de la pareja. La primera etapa es la familia sin hijos, donde la pareja debe echar raíces, conocerse... Durante ese período, ellos se comunican, hablan de sus proyectos, inquietudes, ideas e ideales, de sus deseos profundos y también de sus miedos. En esta etapa es cuando debemos hablar de nuestros futuros hijos. ¿Quién decidirá la educación de los hijos?, ¿quién dejará de trabajar o cómo serán los horarios para atender a los hijos?, ¿cuántos hijos quieren? Estos son unos pequeños ejemplos de preguntas que deben hacerse antes de, pues luego puede ser tarde. Traer un ser humano al mundo es muy importante, por eso debemos pensarlo y decidir lo que necesitamos. Otra de las cuestiones es que hoy en día muchas de las parejas se embarazan, tienen al hijo y luego se casan, o ni se conocen realmente y se casan. Sabemos que nunca terminamos de conocer a las personas, pues todos cambiamos continuamente, pero es importante que tengamos las mismas metas para poder llegar a un mismo fin y no perdernos en el camino. La segunda etapa es la familia con hijos, para esta debemos estar preparados, saber lo que nos espera. La maternidad es muy difícil para la mujer, tiene que seguir siendo esposa, amiga, amante y además madre. Duerme mal por las noches, tiene que enfrentar la lactancia y en corto tiempo, debe regresar a sus obligaciones laborales, sin abandonar ninguna de las anteriores. ? Ana Herrero, terapeuta familiar del Grupo Psicológicamente. PAREJA Resultado Hay un gran aumento de responsabilidades. Los retos económicos aumentan y los gastos se disparan sin control. También hay menos tiempo para la pareja. Mucha atención Los hijos la necesitan y eso hace que los miembros de la pareja tengan menos tiempo para estar juntos; sin darse cuenta comienza la pareja a separarse. Al pasar los días se dan cuenta que se olvidaron el uno del otro, pues solo existían los hijos.